En la inmensidad del Universo, deambulé durante tiempo buscando una estrella que me acompañara en mi búsqueda de lo desconocido. En la oscuridad y el frío espacial, a pesar de todas las luces que se pueden ver desde tierra firme, encontré un destello que flotó conmigo, y juntos exploramos algunos de los rincones más inhóspitos del firmamento. Pero toda energía tiende a buscar nuevos horizontes que descubrir, y ahora vuelvo a estar, rodeado de galaxias y nebulosas, siguiendo mi camino hacia ese lugar remoto al que quiero llegar. Ahora vuelvo a estar, como hace varios años luz (o eso me parece), esperando no ser el único en hacer el camino. Seguro que hay más haces de luz intentando llegar al mismo sitio. Lo sé porque delante de mi, no muy lejos, veo un destello, una luz pequeña, brillante y agradable. Espero alcanzarla algún día y, como una sola fuerza, seguir recorriendo el infinito, sin mirar atrás y con la sola preocupación de que nuestro calor nos reconforte mutuamente...
