29 de març 2006

Feelin Down 06

"Todo lo que llevo dentro de mi corazón te lo entrego a tí" -dijo él después de dejar atrás las sombras que oscurecían el cielo, y de sentir las sensaciónes más agradables que jamás había sentido-.


Pero de pronto, el viento empezó a soplar con fuerza, y el cielo se llenó de nubes oscuras, haciendo realmente dificil ver el sol. Todó el paisaje se tornó oscuro de repente, y viejas sensaciones nada agradables se apoderaron de él otra vez. Por más que gritaba, ella no podía oírle, y eso le desesperaba. No sabía que hacer. Sólo podía esperar a que los rayos del sol se abrieran paso a través de la espesa capa de negrura y que el viento cesara de soplar. Sólo entonces podría acercarse a ella y fundirse en un abrazo eterno...

No se puede luchar contra la sabiduría de la naturaleza. Por más que intente volar y apartar esas nubes que tanto me molestan, lo único que conseguía era que vinieran más y más trozos de algodón negro, que se fundían con los que ya estaban, poniendo una barrera casi infranqueable para el sol. Ahora sé que lo único que debo hacer es seguir mi camino, sin mirar al cielo, sin mirar atrás, solo avanzando en lo que de momento es un valle rocoso, húmedo y nublado, donde la luz es escasa. Pero sé que nada es eterno, sé que las nubes se irán y los rayos cálidos volverán a abrigarme. No se cuando, pero se que lo harán.

Parece que el camino me ha llevado de nuevo al punto de partida. Ahora vuelvo a estar rodeado de seres fríos y ausentes del que creí haber escapado. Pero ahora sé lo que hay en el otro lado, todavía puedo ver la luz que me tendió la mano y me sacó de este horrible lugar. Está al otro lado de la puerta, y no tengo la llave. Está cerca, muy cerca. Pero a la vez muy lejos. Durante días la he llamado y tendido mi mano para que me lleve con ella, pero no me oye. Voy a desistir, quizá algún día se gire y me vea allí, pegado a los barrotes que me cierran el paso y nos vayamos juntos de nuevo, esta vez en otra dirección que no nos traiga de nuevo a esta especie de cárcel espiritual. Si no lo hace y se marcha, sólo espero que encuentre lo que busca y recuerde que una vez fuimos una sola luz que, en armonía, intentó buscar el valle de la tranquilidad...

Se ha desvanecido. La poca luz que tanto me abrigó una vez y que aún era capaz de divisar desde mi infracosmos se ha apagado. En un segundo, los barrotes a los que me aferraba como si mi vida dependiera de ello se han evaporado, y el suelo que pisaba se ha hundido bajo mis pies, abocándome hacia el infinito, planeando entre la oscuridad hacia un diminuto haz de luz al fondo del abismo.
Ha sido la unión fugaz de dos estrellas cuyos diferentes rumbos se han encontrado y creado una explosión de colores y harmonía en un lugar donde sólo había caos y tempestades. El Universo está agradecido por este intenso  destello de luz en medio del frío infinito...