La cuesta abajo ha finalizado. El camino hoy vuelve a ser llano y sin obstáculos. A corta distancia veo una cuesta. Mañana estaré allí y tendré que escalarla. Siempre lo hago.
Esta mañana he tenido que esquivar por última vez las formas de energía que, de forma invisible, se cernían sobre mí puntualmente cuando el sol todavía no se atreve a asomar en el firmamento. Ha sido una grata sensación, aunque sé que será breve, por que si nada lo remedia, dentro de quince lunas, esos seres, o como los querais llamar, volveran a llamar a la puerta de mi conciencia, arrastrándome sin remedio allá donde no quiero ir....
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